Resiliencia operativa
Resiliencia operativa

Resilencia operativa: el nuevo reto estratégico empresarial

Todas las empresas, Grupo SIFU también, se han visto obligadas a adaptarse a la nueva realidad que ha traído la pandemia, pero sin olvidar en ningún momento su misión ni, sobre todo, que lo prioritario son las personas.

El mundo laboral se ha visto obligado a reaccionar con rapidez y responsabilidad para frenar con eficiencia y seguridad la propagación del coronavirus. La COVID-19 ha generado innumerables retos que han provocado que, mientras los líderes mundiales observan qué vendrá después y cómo pueden adaptar sus organizaciones al mundo más allá de la pandemia, las empresas nos planteemos cómo reconstruir con resiliencia nuestras operaciones, qué cambios tenemos que ejecutar en nuestros modelos de negocio y en las formas de trabajar, no solo para hacer frente al momento presente, sino también a los que nos deparará el futuro.

Estamos en un nuevo contexto en el que la complejidad y la incertidumbre son dos nuevas coordenadas a tener en cuenta a la hora de planificar el futuro. Grupo SIFU tuvo que readaptarse a ese escenario de nueva normalidad y hoy, gracias a las elecciones tomadas en las distintas fases de la pandemia, está saliendo fortalecido de esta tremenda crisis sistémica.

Salud y seguridad

La prioridad de Grupo SIFU siempre han sido las personas, y al desatarse la pandemia, lo más urgente fue trabajar en distintos protocolos para garantizar la seguridad de todos los empleados, así como mantener la actividad de servicio a nuestros clientes y los puestos de trabajo con garantías y seguridad.

Se aplicaron nuevas políticas de limpieza e higienización que se tradujeron en un aumento de la frecuencia de los turnos, así como en su nivel de especialización y la realización de mantenimientos más exhaustivos para alcanzar un mejor control de la calidad del aire.

Teniendo en cuenta el escenario cambiante que vivimos, se hizo imprescindible y estratégico mantener la mirada un poco más lejos y entender la resiliencia operativa como un factor crítico para nuestro programa de cumplimiento. Es un concepto que ya
estaba presente en nuestra organización, pero que ahora se ha mostrado más relevante que nunca.

Resiliencia operativa

La resiliencia operativa es un término que se acuñó en 2015 y que se define como la habilidad de una organización para perseguir su misión, recuperarse e incluso aprovechar oportunidades o circunstancias no idóneas o adversas, como un incidente de seguridad o una pandemia como la actual.

La crisis de la COVID-19 ha obligado a muchas organizaciones a tener que evaluar su resiliencia sobre la marcha y hoy se ha convertido en el objetivo estratégico de todas ellas, independientemente de su sector, tamaño o actividad. La resiliencia no puede ser determinada en términos de lo que no ha sucedido o se desconoce y, aunque resulta importante identificar el riesgo real, es más relevante determinar la capacidad de la empresa para predecir su comportamiento ante una situación de estrés.

El escenario que nos ha dejado la pandemia ha evidenciado lo relevante que es para las organizaciones efectuar evaluaciones periódicas de la resiliencia de nuestras cadenas de suministros. Se trata de dimensionar la tolerancia al impacto e identificar los servicios críticos y los más vulnerables. Estas evaluaciones suponen la clave para una toma de decisiones responsable que permite redefinir estrategias y realizar pruebas de tensión para anticiparse a futuras situaciones disruptivas.

Potenciación del teletrabajo

Hacer una reevaluación de valores, hábitos, patrones de consumo y comportamientos, aun cuando muchos de ellos no revertirán en el futuro, es una tarea obligada en este contexto pandémico.

El teletrabajo, práctica poco usada en España hasta hace unos meses, ha venido para quedarse y se estima que lo hará en una proporción de 60/40. Los espacios de las oficinas se han visto obligados a cambiar y, en el futuro, lo harán aún más, serán muy diferentes a los que tenemos ahora. La tendencia en la transformación de las oficinas es clara: se eliminarán despachos y se convertirán en superficies más funcionales y digitalizadas, sin puestos de trabajo fijos, donde iremos para asistir a reuniones y a socializar con los compañeros de trabajo.

Las oficinas se convertirán, por tanto, en espacios más limpios y diáfanos, en los que toda la información se almacenará en la nube, y ofrecerán, además, una mayor trazabilidad de esta. Por todo ello, las empresas necesitamos reformular nuestro futuro en torno a
comportamientos digitales y abordar de manera profunda la brecha digital.

Y estos cambios no solo impactan en la actividad laboral, ya que este nuevo esquema de trabajo con más tiempo en casa permitirá, además, alcanzar metas de conciliación muy improbables hasta hace unos meses.

Ante este nuevo contexto, Grupo SIFU cuenta con herramientas para adaptar la gestión diaria a los cambios estructurales que ha traído consigo la pandemia y está dotando a sus equipos de nuevas habilidades digitales, novedosas formas de teletrabajo y soft
skills para que puedan desenvolverse en un entorno más virtual, con mayor agilidad y mejor capacidad de adaptación ante un entorno cambiante e incierto, y asegurar de esta manera el éxito del negocio a largo plazo.

En Grupo SIFU ya estamos abordando todos estos retos, y es precisamente ese trabajo, junto con la evaluación de resiliencia operativa, la adaptación de nuestros espacios y sistemas de trabajo a la nueva realidad y nuestra capacidad de reacción ante la adversidad, lo que nos ha permitido seguir prestando nuestros servicios con la calidad que nos exigimos.

Javier Bosque - Director de Proyectos de Grupo SIFU

 

 

 

Javier Bosque - Director de Proyectos en Grupo SIFU.