reforma ley discapacidad
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¿Qué implica la reforma de las leyes de discapacidad y dependencia?

El Consejo de Ministros ha dado luz verde a la reforma de las leyes de dependencia y discapacidad. Aunque todavía debe pasar por las Cortes, el texto plantea una transformación ambiciosa del modelo actual. Más que una reorganización técnica, se trata de un cambio de enfoque: del control de recursos a la atención centrada en las personas.

Reducción de la burocracia: uno de los puntos clave de la reforma

Uno de los aspectos más relevantes es la simplificación administrativa, con el objetivo de facilitar el acceso a derechos y reducir los plazos de espera. Entre las novedades:

  • Las personas con grado I de dependencia obtendrán automáticamente un 33% de discapacidad, y quienes tengan grado II o III serán reconocidos con un 65% sin necesidad de valoración adicional.
  • Si el usuario desea un grado superior, podrá solicitar una revisión personalizada.
  • Se elimina el régimen de incompatibilidades entre prestaciones, permitiendo combinarlas según las necesidades individuales.
  • Se habilita una prestación transitoria en caso de que el recurso solicitado (por ejemplo, un centro de día) no esté disponible, de modo que el beneficiario no quede desatendido durante el proceso.
  • Se agilizan los planes de atención y se crean vías rápidas para situaciones de especial urgencia.

Reconocimiento de nuevos derechos sociales

Uno de los principales avances es el reconocimiento de nuevos derechos sociales, como la accesibilidad universal —que obliga a eliminar barreras físicas y cognitivas en los espacios públicos— y la teleasistencia como derecho básico, que deberá ir siempre acompañada de apoyos presenciales cuando sea necesario.

Este nuevo marco legal busca facilitar que las personas vivan de forma más autónoma, incluso cuando dependan de apoyos externos.

Modelos de atención más flexibles

En lugar de centrarse únicamente en plazas de residencias o en prestaciones económicas aisladas, la propuesta introduce formas de asistencia más flexibles y adaptadas a las preferencias individuales. Por ejemplo:

  • La ayuda a domicilio podrá salir del entorno del hogar para cubrir necesidades como acudir al médico o hacer la compra.
  • Se permitirá que allegados sin vínculo familiar directo puedan recibir apoyo económico por cuidar a una persona dependiente.

Este tipo de medidas amplían las opciones reales de cuidado y reconocen la diversidad de contextos familiares y sociales.

Apuesta por la innovación tecnológica

La reforma también incorpora una visión de futuro, con un compromiso con la tecnología en el ámbito de los cuidados. Se hace referencia al uso de robótica, inteligencia artificial y domótica aplicadas a la atención, siempre bajo criterios de equidad.

También se establece que los algoritmos deberán respetar el principio de no discriminación por razón de discapacidad.

Un modelo en proceso de transformación

El Gobierno ha definido la reforma como “estructural y de largo alcance”. Según el Ejecutivo, el texto incorpora aportaciones de entidades sociales, comunidades autónomas y profesionales del sector. El reto a partir de ahora es su implementación práctica y que los cambios se reflejen en mejoras reales para quienes necesitan estos servicios.